Microsoft, líder indiscutible en sistemas operativos, tomó una medida audaz al descontinuar el soporte para Windows 7 y 8, instando a los usuarios a migrar a las versiones más seguras, Windows 10 y 11.
Aún así, este cambio no ha estado exento de desafíos, dejando a muchos usuarios en una situación incómoda.
Vale mencionar que en septiembre, la compañía con sede en Redmond, Washington cumplió su palabra al cerrar la ventana de oportunidad para la actualización gratuita de Windows 7 y 8 a las versiones más recientes.
De hecho, aunque la transición fue suave para muchos, han nacido problemas inesperados para aquellos que decidieron dar el salto después de la fecha límite.
La actualización del Windows: Un desencadenante inesperado
Uno de los problemas más inquietantes es que cualquier actualización de hardware, incluso la simple actualización de la BIOS, desactiva las claves de Windows. De hecho, esto va más allá de lo que se anticipó inicialmente, creando frustración entre los usuarios.
Por lo pronto, actualizar de Windows 7 u 8 a Windows 10 u 11 puede dejar tu PC sin clave activada con solo actualizar la BIOS. Mantenimiento Informático Tancra.
Igualmente no se está hablando del cambio típico de placa base. Aunque se esperaría que el firmware retuviera las claves, cambiar la placa implica, según Microsoft, una nueva clave, contradiciendo sus afirmaciones iniciales.
La promesa rota: Claves inutilizables en nueva configuración
En “Mantenimiento Informático” sabemos que la polémica surge cuando la clave proveniente de Windows 7 u 8 debería, según Microsoft, ser válida para Windows 10 u 11, permitiendo su uso en una instalación limpia.
La realidad es diferente, ya que muchos usuarios han descubierto que las claves adquiridas ya no son válidas tras actualizar el hardware. Mantenimiento Informático Tancra.
Frente a esta situación, el servicio de atención al cliente de Microsoft se enfrenta a la avalancha de usuarios afectados, pero la respuesta ofrecida parece ser insatisfactoria.
Al parecer, se les informa que las claves de Windows 10 y 11 no pueden reutilizarse si provienen de versiones anteriores, ya que Windows 7 y 8 están descontinuados.
La encrucijada del usuario y la respuesta de Microsoft
Como se dijo anteriormente, frente a la imposibilidad de reutilizar las claves, los usuarios se encuentran en una situación difícil.
De hecho, aquellos que han invertido más de 200 euros en una clave de Windows se ven obligados a buscar soluciones alternativas, incluso explorando el mercado de claves en línea, algo que Microsoft, irónicamente, desaconseja.
Por consiguiente, muchos usuarios se han puesto en contacto con atención al cliente para enfrentar este problema y que les activen de nuevo sus claves.
Lamentablemente, la respuesta que están ofreciendo parece sacada de un bot, puesto que son todas iguales y del mismo calibre en mayor o menor medida.
La paradoja legal: Cambio de hardware y términos de licencia
La situación se torna aún más irónica cuando los propios empleados de Microsoft confirman que, en principio, un cambio de hardware no constituye una violación de los términos de la licencia de Microsoft para Windows.
No hay razón legal para que este problema esté ocurriendo, lo que agrega una capa de complejidad al dilema. Mantenimiento Informático Tancra.
Por lo tanto, esta situación está generando muchas quejas, y desde la compañía insisten en que se pongan en contacto con el sistema de atención al cliente para que puedan puedan cotejar las claves de Windows y ofrecer activaciones concretas hasta que puedan solucionar el problema.
En definitiva, este episodio subraya la importancia de abordar las complejidades de las actualizaciones de hardware y las promesas de compatibilidad en el siempre cambiante mundo de los sistemas operativos.
(S.M.C)